Nidos de oración parroquiales

 En cada altar está Jesús con su cuerpo, su sangre, su alma y divinidad. Es una presencia real para creerla y para vivirla. Jesús no es solo nuestro amigo, es nuestro hermano, nuestro Dios, nuestro "Todo" que por Amor se hizo prisionero en el altar y dijo: " Tráiganme a los niños, de ellos es el Reino de los cielos, ellos son el respiro de mi cautividad".

Cuando los niños están delante de Jesús Sacramentado sienten "todo" y en ellos nace la confianza en Dios, "viven" su presencia y se dejan involucrar con su Amor que les invita a una mayor intimidad en la comunicación con Jesús.

SUGERENCIAS PARA FORMAR UN NIDO DE ORACIÓN PARROQUIAL

Es importante enseñar a los niños que cuando se entra y se sale del templo hay que hacer la señal de la cruz y la genuflexión apoyando la rodilla izquierda hasta el piso, hacemos la genuflexión cada vez que pasamos también delante del Santísimo Sacramento que está en el altar: ¡estamos delante de un Rey!

Necesitamos fijar una hora para el Nido de oración posiblemente a una hora que en el templo no haya otras actividades que distraigan a los niños que les impidan concentrarse en este momento de intimidad con Dios.

Invitar a los niños a acomodarse con confianza y respeto delante del altar, sobre el cual el sacerdote o el diácono, o en falta de ellos el ministro extraordinario de la Eucaristía expone a Jesús, de lo contrario podemos estar en el oratorio en compañia de la encargada o encargado del Nido de oración.  

Se inicia con la señal de la cruz, lenta y bien hecha, se hace la oración de ofrecimiento a la Virgen, al ángel de la guarda, a Dios Padre y se lee entonces una pequeña oración a Jesús Eucaristia, o la oración de reparación que está en el folleto de Armada Blanca. Luego se hace una pausa de algunos minutos de silencio para despues dar inicio al rezo del Santo Rosario. Se provee a los niños del Rosario y del folleto de Armada Blanca.

Se dicen las intenciones para orar, poniendo en primer lugar la conversión de los pecadores, la paz del mundo, por el Papa y se mencionan los misterios del rosario leyendo una pequeñla meditación, al terminar cada decena se hace la jaculatoria de Fátima enseñada por el ángel y la jaculatoria por los niños no nacidos. Se puede alternar con cantos, se finaliza con la Salve, se leen las letanias de la virgen y se concluye con la bendición de la Virgen. 

Se puede hacer una pequeña reflexión, comentar un episodio de la vida de los niños santos, un temita de la Revista de los Nidos de oración que reflejan el carisma de Armada Blanca.

Si es posible y en otro ambiente se hacen pequeños juegos o dinámicas para socializar con los niños.